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martes, 2 de noviembre de 2010

Calle arriba


El perrito lo sabía. Por eso salió corriendo haciendo caso omiso de su “dueño” que le silbaba y gritaba que volviera. Se paró frente a mi, exhausto por la carrera calle arriba . Con sus orejas bien alerta miró un poco por encima de mi cabeza, con una mezcla de extrañeza y expectación. Ante la sorpresa de verme descubierta sólo acerté a decirle muy bajito, "Vuelve". Estoy segura de que lo percibió. Así que tuve que hacer un esfuerzo por dosificar la felicidad que me embargaba y tratar de caminar pisando el suelo.

3 comentarios:

  1. Los regresos cuesta abajo suelen ser más fáciles... solamente hay que dejarse volver
    Me voy con buen rollo de tu blog.
    Gracias por este regalo y un abrazo.

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  2. Con el olfato que tienen los perros, no me estraña que descubriera el secreto de tu amor, porque el amor huele, aunque no se perciba. Saludos.

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  3. Gracias por tu buen rollo Bicefale, hoy prevalece tu lado alegría.
    La verdad es que los perros son muy inteligentes y cada vez estoy mas segura de que ven con otros ojos. Si al menos nos pudiéramos poner los suyos un ratito al día...
    Saluditos a ti también tortu!!!

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