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lunes, 28 de febrero de 2011

Ana y sus vidas

 
Venía de muy lejos y de vivir muchas vidas. En aquella que ahora la ocupaba había elegido ser madre, algo que hasta ahora no había probado, pero que desde luego se le daba muy bien. Sus vidas de pintora y camionera, le ayudaron a introducirse en el mundo de la fantasía con su hija y su hijo.
También sería abogada, puesto que siempre detestó las injusticias, aquellas que había vivido en unas cien o doscientas vidas anteriores y que ahora le daban fuerza para luchar contra ellas.
En su vida de árbol experimentó tanto dolor, que decidió ser ecologista, militante y activista. Ya iba por la quinta o sexta vez que se encadenaba para impedir que asesinaran un bosque y construyeran un campo de golf.
Otra cosa que le pareció útil sería la mediación. No le gustaba leer un mundo formado por ganadores y perdedores, así que consiguió aplicarla no sólo a sus casos, sino en el camino de sus días.
Algo de lo que sus coetáneos disfrutaban, era de su capacidad de amar. Era como el rastro de un perfume, lo iba dejando por dónde pasaba y en quiénes tocaba o abrazaba con aquella cálida y cercana sensualidad.
Para premiarla por ésta y sus otras vidas, fue bendecida con energía incombustible, para criar a sus pequeños, amar a su poeta y compartir con sus amarillos/as.







Para Ana, para celebrar que nos encontramos en este trocito del Planeta y disfrutamos de nuestro Mundo Amarillo. Un abrazo, como no puede ser de otro modo, cálido, cercano y sincero.

martes, 22 de febrero de 2011

Lecciones magistrales

-¡Fernandito, no se le pega a los niños!- Dijo la educadora interviniendo en un conflicto en la Escuela Infantil. El niño siguió pegando y pegando cada vez con más fuerza.
-¡Fernandito! ¿Has escuchado lo que te he dicho?
-Sí, Ana. Y continuó con sus labores hostiles.
-Entonces, ¿Por qué no me haces caso?
-Es que es una niña.

Este micro está escrito para Fernando (depropio), en su cumpleaños. Por ser una de esas personas que dan voz a los/as más pequeños/as en sus relatos. Esto me ocurrió en mi escuelita, desde entonces tengo más cuidado con mi pensamiento y mi lenguaje.

¿Qué prefieres?

Llegué en metro, me calenté la comida en el microondas y me hice un café expreso. Con un sms te dije que me iba  de escapada de fin de semana...

Llegué dando un paseo. De camino recogí algunas verduras del cantero. Para comer, un potaje hecho a fuego lento, mimando los alimentos que se van deshaciendo en el caldero. Al terminar la vieja cafetera, con sus vapores, nos avisa de que el café ya está listo. Un barraquito con todo, su limón, su canela, un chorrito de leche y una piedrita de café que mezclo en interminables círculos. La sobremesa se alarga hasta las seis. "No me hacen falta vacaciones", te digo, mientras nos sumergimos de nuevo en la conversación.

lunes, 21 de febrero de 2011

Ciudad




Ayer cuando salí a la calle vi un arcoiris enorme que surcaba el cielo.
Se me cortó la respiración, porque era igual que los del pueblo. Al fin algo que no habían podido modificar…
Me sentí muy sola, allí plantada en medio de la avenida, contemplando esa maravilla y sintiendo los empujones de la gente a mi alrededor.

jueves, 17 de febrero de 2011

La carrera

Llevaba tanto tiempo corriendo que ya no recordaba dónde se encontraba la meta. Cuando giró a lo lejos pudo ver algo que se la recordaba, era el final de un camino de prisas, estrés, comidas rápidas y de pie, duchas en 3 minutos para llegar, tiempos robados a la maternidad, a la vida, a las amistades. Un sendero repleto de no puedo esto, no puedo lo otro, no me da tiempo de aquello, no, no, no…
Ahora que la veía, aún a lo lejos, no pudo evitar reparar en todo lo que había sacrificado por el camino y su mochila se hizo más grande y más pesada. Cargaba horas de sufrimiento, llantos de frustración, impotencia y dolor. En ese momento flaqueó e hincó una rodilla en el suelo, eran muchas las heridas que sangraban, ya casi no tenía energía.
Entonces levantó la cabeza y volvió a mirarla. Allí a lo lejos  la esperaba ¿Sería capaz?

lunes, 14 de febrero de 2011

No me culpes...

No me culpes por no regalarte nada hoy. No, no me he olvidado, se perfectamente que hoy es San Valentín. Lo sé y también sé que entrarás por la puerta con un regalo y una sonrisa. No me culpes por no sentir igual que tú este día, por no corresponderte con un beso. No puedo, ayer ahogaste mi amor con golpes cuando llegué tarde.

viernes, 11 de febrero de 2011

Riiiiiing

Cada día te llamo varias veces. Te hablo, te cuento, te pregunto... Tu presencia en mi vida es cotidiana. Al caer la noche soy más insistente en mis reclamos, pero algo ocurre. No entiendo tus motivos pero casi nunca respondes. No logro que te comuniques conmigo y mis palabras se convierten en un monólogo. Pareciera como si una muralla nos separara, aunque yo te sienta cerca, viviendo dentro de mí.
Definitivamente tengo que utilizar otros cauces, la telepatía no es lo nuestro.

martes, 8 de febrero de 2011

Compartiendo arrullos

La brisa  le mecía en distintas direcciones. Era como una hoja que se deja llevar sin resistirse y sin tratar de controlar la dirección de sus pasos. En aquel vaivén fue reflejándose en numerosos charquitos y encontrando multitud de hojas distintas en las que iba reparando a medida que disfrutaba de su arrullo. Unas veces las rozaba, otras simplemente las contemplaba y en alguna ocasión compartieron efímeros vuelos sobre  ráfagas suaves.



A kum* en el aniversario de su llegada a este mundo. Un abrazo y ¡Gracias!