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domingo, 31 de julio de 2011


La llamada de una amiga en apuros, un compromiso familiar, la fiebre repentina de la nena, problemas en el trabajo.., todo se ponía en su contra cuando parecía que había surgido el momento del encuentro.
Cansada de luchar abandonó su cruzada y dejó de creer en el amor.

martes, 26 de julio de 2011

Mamá

Sólo una madre acepta, ama y espera.




Pequeño homenaje a mi madre que siempre está y todo lo hace lo mejor que sabe.

jueves, 21 de julio de 2011

Mundos


Hoy he dejado que me acaricies con la mirada. No te conozco, no me conoces, pero un hilo fino de seda de araña, comunica nuestros mundos.

martes, 19 de julio de 2011

Margarita viaja a la ciudad...

Acabo de mudarme a la ciudad… Bueno, antes de nada me presento, soy Margarita. Vivía en un pueblo, pero me he visto obligada a cambiar mi casita por un piso 20 en una de estas colmenas que llaman edificios.
Me gustaría adaptarme a este lugar, y de veras que lo intento. Tendré que darme tiempo, aunque aquí todo vaya tan rápido.
En un plis plas puedo ir de un lado a otro de la ciudad si me muevo dentro de esas madrigueras habitadas por un gusano gigante que chilla en cada vuelta. No me extraña debe estar cansado de tanto ir y venir.
Aquí hay algo que no me deja respirar bien, y no es por la cantidad de humo que sale de todos lados… No sé, no consigo identificar cual es el perfume de este lugar.
 Hoy fue la primera vez que visité una “gran superficie”… Allí te venden lo mismo un tornillo que una mermelada… pero nadie  sabe decir quien los elaboró. Yo no sabía que en las ciudades todo está envasado. Desde las frutas que te miran desde sus paquetes de plástico trasparente, hasta las legumbres embotelladas en vidrios, pasando por las galletas en sus bolsitas mini que además se meten en cartones. Es como si alguien temiera que todo fuera a salir corriendo. Miro las etiquetas y todos los alimentos llevan  sustancias que no conozco cuyo nombre empieza por E- y le sigue un número ¿Qué serán?
Sí, todo esta empaquetado, hasta el suelo. Aquí no es de tierra, se cubre con un manto negro que llaman asfalto. Es como una gran capa que lo cubre todo asfixiando y modificando las estructuras naturales.
Otra cosa que no entiendo es el ruido. Este lugar es tan escandaloso que no se puede escuchar los grillos por la noche. En realidad no tengo tan claro que aquí los haya, yo de ellos me habría ido.
No se escucha la brisa entre los árboles, ni el sonido de los arroyos, ni el canto de los pájaros… Bueno, hay algo que se le parece. He encontrado un par de sitios donde si hay naturaleza, aunque estén bien delimitados. Se llaman parques y en uno de ellos hay un charco que se parece a un lago, pero al que no le llega agua fresca de ningún río… Es todo tan artificial. No entiendo cómo puede vivir tanta gente junta en un lugar tan poco agradable como éste.
Echo de menos mirar hacia arriba y ver las montañas, desde aquí sólo veo un patio pequeñito y sucio al que no llega el sol. Por cierto, el otro día descubrí que aquí la gente se mete en unas cámaras para broncearse la piel. No les culpo, entre la prisa por encerrarse en sus oficinas y la altura de estas colmenas, les resultará imposible verlo.
Ayer cuando salí a la calle vi un arcoiris enorme… Se me cortó la respiración. Era igual que los del pueblo. Al fin algo que no habían podido envasar… La tristeza se me agolpó cuando me di cuenta de que era publicidad aérea. No tienen remedio.

lunes, 18 de julio de 2011

Desligada



Estiró sus brazos. Miró a un lado y otro. ¿Cómo es posible tanta distancia entre sus sentidos y su corazón?

sábado, 16 de julio de 2011

Vibraciones



Te sintonizo. Una vez en el aire te envío mensajes. Las ondas salen de mis sienes con una única dirección, las tuyas. No recibo respuestas, sólo un eco de vez en cuando que me confunde. Unas veces pareciera que te gusta mi dial y otras ni siquiera captas mis vibraciones.

Pasan los años. Mi radio, agotada por el tiempo de emisiones ininterrumpidas, decide cesar en sus transmisiones. Dejo de creer en la fidelidad de la audiencia. Lástima, hubiésemos gozado de una programación tan divertida...


viernes, 15 de julio de 2011

Clausurado

Cuando cerraron sus puertas se dio cuenta de todo lo que igualmente concluía aquella noche. Abrir los ojos de asombro o cerrarlos por miedo, entrelazar sus manos con otras buscando calor, esconderse al fondo, con las rodillas cogidas camuflando soledades, mirar un rostro infantil iluminado por fotogramas e ilusión, tantas lágrimas que no caerán por tantos rostros, tantas risas que no resonarán en la sala 1 ni la 2 ni la 3.

Cierra sus puertas y dentro se quedan tanto el eco de historias vividas, como el desconsuelo de las que no sucedieron. Hoy cierra el cine de aquella pequeña ciudad y con él un trocito de sus corazones también se clausura para siempre.


Con motivo del cierre del único cine de la capital palmera.

jueves, 14 de julio de 2011

Amor encadenado

Cuando lo conoció se sintió fascinada por su peculiar personalidad. Un hombre maduro, independiente, seguro de sí mismo, libre y autónomo, aunque con cierto aire de despiste. Podía dar una clase de astrología detallando constelaciones y galaxias y sin embargo, no conseguía recordar en qué lugar acababa de dejar sus llaves. Ella, movida por una mezcla de compasión y enamoramiento, resolvió hacer uso de su capacidad organizativa y memoria extraordinaria para erradicar el desorden que le gobernaba.

Pasaron los años y ella fue apoderándose de su agenda y tomándose ciertas libertades. Comenzó a decidir qué citas escribir y cuáles ignorar, eventos prescindibles, fiestas ineludibles, teléfonos superfluos: “Esto sí, esto no, ya nos vamos, ahora no, tú no vas, aquello es mejor, vente conmigo…”. Finalmente resolvió, sin su permiso, el número de veces que debía respirar y la intensidad de las inhalaciones, hasta que él, asfixiado, la dejó.

miércoles, 13 de julio de 2011

Al anochecer

Aquella casa pertenecía a la misma familia desde hacia años y se utilizaba como residencia de verano, pero nadie, ni siquiera el abuelo, conocía los motivos que la encadenaron a aquel lugar.

Por la noche, sin que nadie pudiera escucharla, salía de su habitación con la meticulosa delicadeza de las gatas. Descalza, se deslizaba sobre las yemas de sus dedos, que posaba con cuidado en cada madera, midiendo sus movimientos.  Se escondía en cada esquina, detrás de las puertas, en las sombras de las cortinas, hasta que salía al patio delantero. Cuando la luz de la luna se proyectaba en su piel blanca, al fin podía respirar hondo y comenzar a vivir.

Fuera, se mezclaba con quienes acudían al lugar. No podían percibirla, salvo cuando, embriagada por las risas, se dejaba llevar y posaba sus manos sobre ellos para sentir la vida que los colmaba. La brisa del monte era su cómplice, a quien achacaban los escalofríos o cosquilleos que les producía. Ella, entonces, también reía.  Satisfecha, tornaba a su dormitorio con una mezcla de alegrías y nostalgias, a la espera de un nuevo alunecer.

Para Roberto en su tercera celebración de cumpleaños, el mismo año.



martes, 12 de julio de 2011

Loca obstinación


Inexplicablemente, en medio de aquel caos, pudo distinguir el rostro de un muchacho. Gobernada por un impulso instintivo, trató de mantenerse a flote y, conteniendo la respiración, se lanzó en su busca. Derrochó las pocas fuerzas que aún tenía y con un coraje insospechado, consiguió agarrarlo.

Pasaron segundos maquillados de horas y aquella ola de proporciones descomunales se cansó de jugar con ellos. Los abandonó no muy lejos de donde había comenzado todo. Aturdida, miró al joven al que continuaba abrazada y fiel a su loca obstinación,  consiguió reanimarle.

Pasaron años con aspiraciones de segundos. Ahora es él quien insufla vida a su existencia. Cada día, cuando la besa, resucita sus entrañas llenándola de amor con cada partícula de su aliento.

lunes, 11 de julio de 2011

No quiso la luna



Cuando los astros lo creían oportuno, eran capaces de mover sus energías para crear situaciones que sólo ellos podían desatar. El día  8 de cada mes solía ser el momento elegido. Se reunían para urdir sus planes utilizando a los seres humanos para sus experimentos. Ejercían sobre ellos un poder difícil de evaluar.
Aquel 8 no fue igual, en el último momento la luna decidió alterar su posición. Su cambió modificó los guiones. Se desviaron las miradas, no se encontraron sus manos y su olor se difuminó en la atmósfera, algo revuelta por las variaciones. Finalmente no sucedió lo previsto, otra historia estaba por construirse.

miércoles, 6 de julio de 2011

Fidelidad

Cada noche llegaba silenciosa. Cansada, tras una dura jornada se tumbaba a su lado y le miraba atentamente hasta que él interpretaba su gesto como una petición de caricias. Caricias que llegaban  para cubrir cada parte de su cuerpo. En ese momento, ella se alegraba de que no supiera con quienes había pasado el día. Él  había preparado la cena, la miraba sonriente y la acariciaba ¿Qué más podía pedir? Él la consideraba fiel por el hecho de volver a su cama cada noche, desconociendo cuantos la habían acariciado ya durante la mañana y la tarde. Era entonces cuando él apagaba la luz y le decía: "Hasta mañana" a lo que ella contestaba con un suave "Miau" y se dormían.

martes, 5 de julio de 2011

Rutina

Cada día volvía del trabajo por el mismo camino. Cabizbajo, contemplaba la sombra que se dibujaba bajo cada uno de sus pasos.
Salía por la puerta principal, daba un giro a la derecha y bajaba las escaleras. Luego otro giro, otras escaleras y un último recodo hasta llegar a su casa.
Sin embargo, aquella tarde todo fue distinto.  En el primer giro no encontró las escaleras, sino otro recodo y cuando se dio cuenta había llegado de nuevo a su trabajo. Estupefacto trató de buscar de nuevo la puerta de entrada y salió una vez más por ella. Giró a la derecha fijándose un poco más en el camino, pero las escaleras ahora le conducían a la puerta de entrada. Se paró, se restregó los ojos y se dio media vuelta. Había entrado de nuevo en su oficina.

Tantos años haciendo el mismo recorrido, sin importarle el resto del mundo, hicieron que al resto del mundo tampoco le importara él y desapareció.