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sábado, 31 de diciembre de 2011

Mi llave en tu cerrojo

     En la mano desnuda sostengo mi llave. Con ella viajo y pruebo pasar por alguna puerta, pero no todas se abren.

     Estoy tratando de entrar en un cerrojo y aunque lo hago despacito y voy tocando sus mecanismos, aun no doy vueltas en su interior.

      No me desespero, porque se que si la puerta no se abre es que éste no es mi picaporte y no debía pasar por su umbral, como ha ocurrido en otras ocasiones.

     Sé que para que una llave abra una puerta debe existir armonía entre ellas. De no haberla sólo se escucharían chirridos desagradables y al final terminarían dañadas ambas.

     También sé que es imposible pasar adentro cuando hay otra llave ocupando la cerradura. Alguna vez lo intenté. El espacio es limitado, cada una debe buscar encajar con lo más profundo de su propia puerta.

     Pero lo más importante es que la llave no puede fundirse con el cerrojo, sólo  bailar con él.  Pongo música y empiezo a danzar. Te toca decidir si me dejas pasar.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Todo por fuera, nada por dentro...

            Haciendo caso a los insistentes consejos de su amiga, acudió a un asesor de imagen. Éste hacía su trabajo a domicilio. Llegó a su casa y sin miramientos abrió su armario y le pidió que escogiera un modelo para la ocasión. Ella comenzó a vestirse y él a emitir sus opiniones.

-Esa falda no sugiere nada, igual podría habérsela puesto tu abuela y nadie notaría la diferencia.
-¿Sugerir? ¿El qué? ¿A quién? Pues a mi me gusta.
-Esa blusa es poco atrevida. Las mujeres de hoy llevan prendas ceñidas que realcen su silueta.
-¿Tan apretada? Pero si yo no quiero realzar nada.
-¿Medias? Nunca. Debes usar calcetines altos, es lo que se lleva este invierno.
-¿Y si me da frío?
-Esos zapatos planos son de la temporada pasada, ahora con plataforma y tacón que estilizan las piernas.
-Pero si son incomodísimos, yo no sé caminar con esto.
-Los complementos, ya veo que no tienes ninguno, cuantos más mejor y mezclando estilos y formas.
-Ahora si que parezco un árbol de Navidad, pensó.
-Ahora el maquillaje. De eso me encargo yo… Y aplicó tantas capas que parecía estar encalando una pared.

Cuando salió por la puerta tuvo que dejar dentro su pensamiento. El cráneo era lo único que la moda permitía llevar vacío.

lunes, 26 de diciembre de 2011

Shhhh, nuestro secreto

      Tengo caracolas en el pelo porque me gusta mezclarme con las olas. Voy a la playa y me entrego a la sal despacito. Primero descalzo mis pies y los hundo en la arena, hoy está fría porque el sol no luce en el cielo, pero no importa, dejo que se meta entre mis dedos y me cubra hasta los talones.

      Me acerco a la orilla. Una sensación de vértigo me acompaña ante la idea de la fusión y poco a poco me entrego a este trocito de costa... Sigo avanzando. No hay nadie a mi alrededor, o al menos yo no lo percibo. El silencio se hace y me sobresalto ¿Cómo es posible tanta quietud? Sólo escucho el sonido repetitivo del agua que alcanza la orilla y se introduce no sólo por mis oídos, sino también por mis poros. Otro paso más y el agua me empuja adelante y atrás. Rozo con la yema de los dedos la superficie y atrapo un alga que bailaba junto a mí. Otro pasito y ahora el mar me toma por la cintura pidiéndome que dance con él. Accedo y doy otro paso, ya casi de puntillas. El agua me cubre y ya no siento el peso de mi cuerpo. Me inclino hacia delante y cuando quiero darme cuenta estoy jugando con las caracolas del fondo. Miro hacia arriba y la superficie es un espejo del cielo. La brisa se transforma, convirtiéndose en las corrientes de agua fresca que me envuelven y recorren. 


        No pienso decirle a nadie dónde está este paraíso, terminarían por destruirlo o cobrar entrada para visitarlo. Tampoco tú les digas que esto es lo que se siente cuando te bañas en el océano. Llevo aquí abajo tanto tiempo... Espero que nadie se haya dado cuenta.   ¡Shhhh!  Es nuestro secreto. Me seco las escamas y me voy.

sábado, 24 de diciembre de 2011

Hija

Familiares, amistades, amantes, personas cercanas y lejanas, individuos que me tropiezo casualmente o que elijo entre los demás para vivir su cercanía, lugares, situaciones, una flor, una nube, una hormiga, una gota de lluvia, una ola que rompe contra un callado o que besa una orilla, un soplo de aire, una fruta jugosa, un vaso de agua, una mirada alegre, una situación dolorosa, una tecla de este ordenador, la luna menguante, luchas justas o delegación de los derechos, deberes… cualquier cosa en el mundo, cualquiera que pueda existir antes, durante o después de mi. Nada sirve para llenar este vacío, porque mi interior no es el mismo sin la sola idea de tu existir, hija.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Hoy bien tempranito viajé al paraiso. Casi sin darme cuenta estaba allí y aunque duró poco, me gustó el viaje. Hoy bien tempranito viajé hasta tus brazos, mi paraíso.

domingo, 11 de diciembre de 2011

Desde el principio de los tiempos

Desde la lejanía el tiempo venían amándose en secreto. Encorsetados en el miedo al qué dirán, principalmente del otro, el sentimiento fue creciendo como el vapor dentro de una olla. Era un amor lejano, profundo y explosivo que no entendían de donde procedía. Quizás si hubieran sabido que su historia se fraguó siglos atrás le hubieran dado rienda suelta, entregándose a su destino, que jugaba con ellos escogiendo personajes que les separaban.

Eso les ocurrió en  América, cuando aún no habían sucedido los grandes desastres en sus pueblos, nacieron en etnias distintas y estuvieron llamados a no mezclarse. Desde que se vieron supieron reconocerse. Siglos después volvió a suceder en la vieja Europa. Eran tiempos convulsos. Nacieron en familias encontradas y no gozaron de la tranquilidad para vivir el amor. Él, comprometido con fuerzas que le estallaban por dentro participó en la toma de la Bastilla, y allí encontró el camino de vuelta que le proporcionaron sus heridas mortales. Ella llegó justo a tiempo de decirle que seguiría buscándole.

En este encuentro se sentaron las bases para sus nuevas vidas, recorriendo continentes, tiempos y vidas que se les escurrían sin dejarles vivir ese vínculo profundo.

En la que ahora les ocupa, tiempos confusos de vivir hacia afuera, en la vorágine del consumismo y la superficialidad, ya se han encontrado. El escenario es propicio y aunque sus vidas no gozan de la complicación de otras etapas, sus personalidades han sido trucadas para dificultar los encuentros. Ya se conocen y han probado estar juntos, saben que su amor viene de tiempos y encuentros lejanos, pero las barreras ahora son sutiles. Viven atrapados en tiempos de cárceles ficticias creadas para distraer a las personas de lo verdaderamente importante.

¿Lo conseguirán esta vez?