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jueves, 15 de septiembre de 2011

Nubes

Las nubes grises se acercaban irremediablemente…
Quien se encontraba en la playa pensó: viene mal tiempo.
Alguien desde el monte masculló: Por fin, me apresuraré, hoy el campo beberá.
Desde la ciudad, muchos no las vieron.
Otros, insertos en sus pensamientos, las ignoraron deliberadamente.
Y yo, en medio de mis tormentas, pongo orden a las nubes que me envuelven y acarician, unas veces con suavidad, otras con cierta violencia. Avisto las que se acercan y aspiro aquellas que dan frescor a mi interior. Las otras, las que me añaden huracanes, las soplo para que se disipen.

6 comentarios:

  1. Entonces las tormentas ya no son tan bravas porque podés soplar las nubes! Bellísimo! Besos van!

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  2. Prueba a soplar las nubes propias, a ver qué pasa :)
    Un abrazo bien grande

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  3. Toda tormenta viene y va. Lo importante es aprender a apreciar su belleza. Más besos para ti Sandra, allá van.

    Anita, de acuerdo. Hay que hacer una limpieza interna profunda hasta que aclare el día y la atmósfera sea tan limpia que podamos ver con claridad... Un abrazo gigante.

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  4. A soplar, a soplar suavemente...

    Abrazos con soplito.

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  5. ¿Verdad que no Cybr? Cada cual ve desde su mundo...
    Su, lo bueno de las tempestades son esos momentos en que ves el nuevo orden de las cosas, esa paz y quietud que dejan a su paso... mmmmm que rico. Un besito suavito suavito amiga.

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