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sábado, 25 de septiembre de 2010

Promesas...


     Acababan de casarse. A la tercera noche, le preparó la cena y le esperó desnuda con velas encendidas. Entonces sonó el teléfono. Llamaba para posponer el encuentro. Algún imprevisto le haría retrasarse. A cambio le prometió que irían  a un restaurante de lujo. A la semana siguiente ella quiso disfrutar de su promesa, pero él tampoco disponía del momento adecuado y le sugirió pasar una noche en algún lugar bonito donde cenarían y compartirían todo su tiempo. A aquello le sucedió un fin de semana y tras éste una semana, que se transformó en un crucero por el mediterráneo para cenar en alguna isla griega... Siempre había motivos que no hacía posible sus citas y una promesa mayor que sustituyera a la anterior para compensar la espera. Cuando quisieron darse cuenta, habían pasado los años y ambos pensaban en el crucero sin recordar los motivos de hacer un gasto tan exagerado.
     Al fin el barco partió y ellos entre sus pasajeros. La noche llegó y también la cena en Mykonos. Allí estaba él, de etiqueta con una copa de vino en la mano. De pronto se acercó un camarero y le entregó una nota perfumada escrita con letra de mujer. Decía: "Lo siento, no puedo asistir, pero te prometo una cena romántica en casa". Cuando volvió, sus cosas ya no estaban...

4 comentarios:

  1. Si yo fuera ella no esperaba tanto! Así, tristemente, se crían muchos niños y niñas, sus padres y madres cambian tiempo por regalos y promesas... con la crisis volverá el tiempo para compartir.
    Abrazos

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  2. Desgraciadamente, asi es. Finalmente los hijos/as también se dan cuenta y un dia se van y no vuelven.

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  3. Si el caso es que lo vas dejando, lo vas dejando, hasta que ya no lo tienes.
    Por el camino has cogido tantas responsabilidades tapahuecos, intentado resolver algo que ya no existe, que se termina convirtiendo la existencia compartida en un absurdo.

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  4. Que pena que nos distraigamos y olvidemos lo importante, amar y dejarnos amar...y encima nos damos cuenta despues de que se pierde. Para esa gracia mejor ni darse cuenta, no??? Ja, ja.

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