Me asomo a mi ventana de los 11 años. Veo una niña pasando tardes de domingo con sol y risas de salamandra. Aquellas tardes de moscas de vuelos imposibles sobre la mesa del almuerzo sin recoger.
Lentamente me aproximo a ella por detrás, no quiero distraerla. Permanece sentada en un escalón por fuera de la cocina y mira al Pinalejo casi sin verlo porque se enreda en su pensamiento poniéndole caras y lugares a su futuro.
La música de fondo sale de la lavadora que limpia incansable las ropas del abuelo, viudo ya desde hace años. Ese señor de ojos húmedos y pelo blanco al que la nena admira por la sencillez de su espíritu joven y libre.
La ventana se cierra, los recuerdos se apagan, vuelvo a mi otra ventana de los 70 años. Ahora la vieja soy yo y miro como esa niña me observa. Sonríe. Sé lo que piensa.
Qué vuelta más bonita le has dado... la mujer mirando a la niña, la niña mirando a la mujer y entre medias los recuerdos, el abuelo...
ResponderEliminarMaravilloso!
Un abrazo desde mi ventana, que estoy mirando a ver si pasas por debajo para lanzarte mi trenza
The Circle Of Life
ResponderEliminarTantas idas y venidas alrededor de nuestra vida para terminar encontrándonos en el reflejo de una ventana.
ResponderEliminarPrecioso Ana.
Un abrazo
Precioso Anita. Me ha encantado ese recorrido por la vida.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte
Gracias. La vida es eso, un ir y venir. Un abrazo sin edad ni tiempo.
ResponderEliminarPreciosas ventanas cíclicas
ResponderEliminarSaludillos
Como la vida, ¿Verdad Puck? Ciclos, etapas, momentos... Un beso que te llegará girando!!!
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