Resbaló por su mejilla para enredarse en la comisura derecha de sus labios. Allí se quedó jugueteando con las nuevas texturas que le ofrecía esta frontera que estaba a punto de cruzar.
Exploró sus labios y tocó a la puerta de su alma cuando saboreó su interior con la sublime inconsciencia que dan los besos.
En un arrebato siguió su camino mordiendo con inusitada voracidad barbilla y cuello.
Cuando se hubo saciado prosiguió su andadura por la mejilla opuesta desviándose suavemente. Allí, tras su oreja se quedó a vivir, respirando el aroma que manaba de su piel fresca.
Dices beso y yo leo lágrima...
ResponderEliminarUn abrazo
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar¡Bonito!
ResponderEliminarSalu2.
En tu caso Bicefale, supongo que pena verá lágrimas y alegría besos... Un abrazo para ambas.
ResponderEliminarGracias Dhyego, un salu2 para ti también.
Sean penas o algrias, lo cierto es que es muy seductor.
ResponderEliminarBESAZOS
Al principio, yo también vi una lágrima aventurera.
ResponderEliminarUn beso.
Detrás de las orejas es donde se queda el olor de las personas, así que sin duda será un buen sitio para vivir...
ResponderEliminarPrecioso Anita
Abrazos
Yo le he pedido uno de estos a los reyes... Dicen que son difíciles de conseguir, pero estan en ello.
ResponderEliminarAbracitos!!!