Cada vez que alguien escribía un nuevo comentario, aterrorizados, trataban de juntarse para hacerle sitio al nuevo integrante. Ya eran tantos que casi no podían respirar. ¿Y cuándo finalizaban con un: “Besitos mil”? En ese momento llovían en cascada desde la nueva entrada.
Aquello iba tomando tintes de catástrofe. En algún lugar del universo impreciso de Internet quedaban atrapados. Allí permanecían a la espera de que alguien descifrara dónde recoger los besos y los abrazos que les enviaban quienes les comentaban.
Seguro que llegan al destinatario si el camino es el mismo de ida que de vuelta.
ResponderEliminarUn abrazo y besitos mil que le acompañen
Ingenioso y bien escrito.
ResponderEliminarUn Beso.
Ay, yo a veces doy un millón de gracias... :oS
ResponderEliminarMuy original.
Un abrazo pequeñito :o)
Seguro que llegan. Un beso y un abrazo para cada uno/a.
ResponderEliminarMuá y Mmmm.
MMMMMMMMMMM, orgías y bacanales... ¡Me apunto!
ResponderEliminar(Es broma).
Me gusta.
Salu2.
Me gusta así que sumaré cuarto y mitad de besos y abrazos
ResponderEliminarSaludillos navideños
Je, je, blogmicro.
ResponderEliminarUn beso.
Anita, cuando encontremos ese lugar en internet donde aguardan esos besos y abrazos nos metemos una zambullida, vale? me acompañas?
ResponderEliminarAbrazos y besos a tutiplen, para que vayan haciendo sitio!!!
Muy bueno, lo llevo a mi muro, gracias, besos?
ResponderEliminarLes mando a todos/as una cascada de besos y abrazos, así que hagan sitioooooo!!!
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