Ayer cuando salí a la calle vi un arcoiris enorme que surcaba el cielo.
Se me cortó la respiración, porque era igual que los del pueblo. Al fin algo que no habían podido modificar…
Me sentí muy sola, allí plantada en medio de la avenida, contemplando esa maravilla y sintiendo los empujones de la gente a mi alrededor.
No lo pueden modificar, ni empañar, ni robar.
ResponderEliminarUn beso amiga
¿Cómo es posible que seas la única persona que lleva los ojos abertos en toda la avenida?
ResponderEliminarUn abrazo luminoso
A mi me pasaba en la facultad con el atardecer... recuerdo que la gente iba mirando hacia abajo, perdiéndose el espectáculo, cada día!!! Y yo casi no me podía creer la suerte de ver algo tan maravilloso en plena ciudad.
ResponderEliminarAbrazos
Parece un texto de Galeano... Anita, eres lo más!
ResponderEliminarHay que pararse frente a la belleza y dejarse sorprender.
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