- ¡Es por vuestro bien!- Anunciaron sin poder evitar una carcajada de satisfacción y le dieron otra vuelta.
Ellos, por miedo, dejaron de respirar voluntariamente.
Inspirado en el inmovilismo social ante las reformas de nuestro querido des-gobierno.
Estoy de acuerdo con la actitud de ellos. Cuando ya no es posible huir del carcelero, alguna medida hay que tomar para burlarlo.
ResponderEliminarUn abrazo
Bueno Patricia, yo preferiría perseguir al carcelero, porque siempre es posible. Un besito utópico. Mua.
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