Su mujer lo miró con los ojos vidriosos. Aún no podía creer lo que había sucedido. Tantos años compartidos y ahora su esposo no recordaba nada.
Tratando de encajar su nueva situación, lo contempló mientras terminaba de comer y se recostaba en la cama del hospital, dolorido por las magulladuras.
En aquel momento ella rezó, y lo hizo con todas sus fuerzas, para que la amnesia, tras el accidente, también hubiera borrado los golpes que él cada noche le propinaba.
Tremendo, Ana, por lo menos con un dejo de esperanza, aunque qué ganas de seguir todavía ahí a pesar de todo. Muy bien narrado. Saludos van
ResponderEliminarHay casos en que así sucede. Es triste, pero real. Un abrazo Sandra.
EliminarTal como dice Sandra, es un micro tremendo, Ana.
ResponderEliminarUna pieza en la que conjugas varios dolores y en la que distintos sentimientos se apoderan del lector a medida que transita en la lectura. Primero por el olvido -que finalmente es amnesia, pero que parece ser Alzheimer- y luego por la realidad de los personajes, que nos golpea.
Excelente.
Un abrazo,
Gracias Pedro. Este micro lo escribí para una cena entre amigos/as en la que cada uno/a tenía que llevar un relato empezando por la frase: ¿Quién eres tu? Fue muy bonita la variedad de escritos que aparecieron.
EliminarUn abrazo.
Tonta, requetetonta ella por cuidarlo.
ResponderEliminarSalu2.
Hay casos en los que ellas tienen capacidad de elección y otros en los que no. No tengo ni idea en que caso está mi personaje.
EliminarBesitos.