Gran Canaria. Foto de Ana Belén García Sánchez. Verano de 2016.
Cuentan las voces populares que, lleno de satisfacción, escogió el lugar más visible de la comarca para plantarlos. Fueron nueve. Uno por cada hijo que tuvo. Nueve hijos varones que abandonaron el hogar tratando de burlar la miseria. Ahora son esos nueve hijos de madera los que cobijan su vejez. Los otros, los de carne, nunca volvieron.
Un gran relato. Felicidades.
ResponderEliminarGracias ;)
EliminarLos hijos son/somos desagradecidos.
ResponderEliminarEl amor de madre/padre se basa en dar sabiendo que no recibirás a cambio nada... o al menos sin esperarlo. ¿no crees?
Eliminarme gusta tu mundo de letras
ResponderEliminarGracias!!!
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